MacLucan

El Periodismo es el mayor ejemplo de las narrativas Transmedia

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Siempre llueve sobre mojado. Llevo un tiempo indagando sobre qué son las narrativas transmedia y he llegado a la conclusión de que las verdaderas historias son las más «transmediáticas». Es decir, los «transmedia storytellers» no buscan otra cosa que generar contenidos tan interesantes que salten de una pantalla a otra y que los usuarios acaben generando nuevos contenidos y nuevos universos paralelos al original, pero con direcciones e interpretaciones diferentes.

Por esta razón, las historias reales, las que se cuentan en los periódicos, son el ejemplo perfecto de universos transmedia. Su desarrollo es el siguiente:

Se genera la noticia: se crea el universo transmedia

Por ejemplo, Artur Mas decide echar un pulso al Gobierno y convocar elecciones anticipadas para ver si los catalanes quieren independizarse de España. Los medios empiezan a contar la historia.

Alguien empieza a investigar: se desarrolla la narrativa transmedia

Como casi siempre, nada está claro desde el principio y mientras unos medios empiezan a decir que Cataluña no sería viable si se escindiese del resto de España, con lo que comienzan a hacer cávalas y estudios para demostrarlo, otros empiezan a buscar en los libros de historia una razón común a Cataluña que demuestra sus diferencias intrínsecas al resto de España y a hacer cálculos con los que mostrar que sí serían viables como país independiente. De esta manera, empiezan a generarse nuevos universos.

Surgen nuevos universos

Los protagonistas de la historia, que son los políticos (ya sea el Gobierno de España como el de Cataluña) empiezan a hablar sin parar del tema y a buscar nuevos argumentos que ratifiquen sus pensamientos. Con lo que se sigue generando nuevo contenido de forma lineal que se corresponde con el comienzo de la historia.

Los propios protagonistas generan nuevas historias

Los medios siguen investigando y empiezan a encontrar verdades molestas, con lo que los  protagonistas de la historia, al ver que hay verdades de peso que anulan sus argumentos originales, comienzan a generar nuevas  historias y a, literalmente, inventar nuevas noticias sobre sus contrincantes para que la noticia original evolucione en otra dirección y los usuarios-lectores-espectadores dejen de comentar sobre la noticia original y se centren en estos nuevos universos.

Aparecen los fans en redes sociales y en la vida real

Entre tanto, la sociedad ya ha tomado parte. Mientras que unos empiezan a manifestarse por las calles, lo que supone un nuevo salto a una nueva narrativa de la historia principal en la que los propios espectadores son protagonistas, otros empiezan a organizarse en las redes sociales. Surgen disturbios callejeros y al tiempo grupos en facebook con miles de seguidores.

Se generan nuevos protagonistas que vuelven a hablar de la historia original

Al final, los medios empiezan a infectarse de la influencia de los políticos y empiezan solo a contar lo que a los partidos les interesa que se cuente, con lo que surge el periodismo ciudadano y el de pequeños detractores que, desde pequeñas webs, sus redes sociales y nuevos canales minoritarios de televisión, se quejan, investigan y generan nuevos universos.

Y así hasta el infinito, porque las narrativas transmedia, cuando están bien hiladas pueden no tener fin.

Ahora está pasando lo mismo que en los primeros años de vida de Internet, cuando los periódicos se subían en PDF a internet, cuando empezaron a generarse corrientes de blogueros que más tarde se convirtieron en verdaderos medios y la industria de la comunicación tuvo que adaptarse a esta nueva forma de narrativa para competir con los nuevos jugadores del tablero. Ahora la gente se está convirtiendo en parte de la noticia y en generadora de nuevas tramas de la noticia y, por esta dirección, estoy convencido de que surgirán nuevas formas de comunicar y nuevas formas de crear negocio periodístico.

Así lo puso de manifiesto Kevin Moloney en 2011 en su tesis sobre Cómo convertir el Periodismo en una narrativa transmedia. En concreto asegura que las noticias tienen que generar un espacio que permita a los usuarios-lectores-espectadores participar de forma activa en ellas. De todas las iniciativas periodísticas que se han creado en este sentido, la que más me gusta es la red social Eskup que tiene El País que, aunque es una copia de la interactividad que genera el NewYorkTimes, visualmente es interesantísima, al igual que la manera que permite de relacionarse con el periodista que ha realizado cada noticia o pieza informativa.

El Periodismo transmedia puede adoptar diferentes apariencias, pero lo que está claro es que los propios consumidores (lectores-usuarios-espectadores) se convierten en generadores de contenidos y prescriptores al mismo tiempo.

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